Creía que de mayor la encontraría. Imágenes borrosas y otras nítidas mientras jugaba a ser mamá, inventora, ingeniera, poeta…así me veía yo: alguien enorme flotando entre riqueza, amor y felicidad.
Tengo veintisiete años, ya no soy quien era. ¿Quién es quién fue? A cada milésima de segundo cambiamos. Todo cambia. Mueren parte de nuestras células; nacen otras. No soy quien era, y mi tierra tampoco es la misma. Mi gente es distinta.
Creo, no obstante, que algo permanece intacto. Sigo preguntándome qué es la grandeza, aunque esta duda va perdiendo fuerza.
Te miro desnuda, concentrada, pausada. Encuentro en ti un profundo sueño; enorme corazón. Hay algo que me dice que estoy alcanzando la inmensidad infinita.