Y si hoy existe el cielo…
Y si existe cada día desde hoy. Cada madrugada de calles desiertas cargadas de agua, solitarias y vacías.
Cada amanecer silencioso que recorre los sueños y las pesadillas, acompañado por el piar de los pájaros que desde la ventana me miran ajenos a todo.
Y si existe cada vez que respiro llenando de aire (no siempre es bastante) estos pulmones encerrados. Guardados aquí en mi casa que es nuestra casa, aunque ya no viene nadie desde hace algún tiempo. Esta casa de la que ya no salimos.
Y si, como decía, hoy existe el cielo…
Uno que es gris por fuera y nadie sabe cómo por dentro. Un cielo que nos escucha cada tarde, al anochecer, aplaudir mirando al infinito o a los vecinos de enfrente.
Y si desde hoy existe el cielo, mejor no quiero saberlo. Por eso no escucho, no leo, no pienso. Aunque inevitablemente leo, escucho y pienso. Y en este leer, escuchar y pensar, me quedo con las palabras de amor y de calma. Las palabras de quienes nos cuidan, quienes pelean y defienden la vida.
Prefiero creer que sí, que desde hoy existe el cielo.