Esta noche has tenido hipo por primera vez. Lo sé porque lo he sentido, rítmico, pausado y constante dentro de mí. Esta noche me has recordado lo presente que estás en mí, en nosotras.
No dejo de pensarte como en la última imagen que tenemos tuya, guardada en nuestra retina. Fue sólo hace unos días y ya te echo de menos. Porque estás tan cerca y a veces te siento tan lejos que me desespero. Te echo de menos y te recuerdo, bostezando, tapándote la cara con los brazos, como si te diera miedo, como si te molestara.
Y deberías acostumbrarte porque cuando estés fuera, en nuestros brazos, te vamos a mirar mucho, durante horas. Perderemos el sueño para recuperar todos estos meses sin verte, tratando de ganar minutos a tu lado, para quererte. Para decirte, para cantarte, para sentirte sin despertarte.
Esta noche has tenido hipo y en cada pálpito, en cada latido, te he sentido vivo, te he amado y acariciado y acunado. Te he abrazado como si mis brazos fueran algodón, nubes esponjosas que protegen del frío. Te he rozado con mis manos, como si fueran sábanas recién secadas al sol. Te he tocado con mis dedos, haciendo crecer de ellos pompones de lana fina, de la que no raspa, de la que arrulla hasta que llega el sueño.
Y quiero que te acostumbres, mi niño de nieve, a los abrazos, las caricias y los cantos, porque así va a ser tu vida.
Así la vivirás, niño de nieve, con tus madres que te aman,
que te llaman,
que te hablan,
que siempre estarán aquí.
Para ti.
Gracias por vivir, por existir.
No se encontró ninguna imagen en Instagram.
No se encontró ninguna imagen en Instagram.