Quisiéramos los sueños, los ríos, la piel de los árboles,
quisiéramos los amaneceres que conocen nuestras noches. Las noches que en vela recorren el tiempo. Las que entienden de placer, de llanto y de dolor. De dormir sin roncar, sin despertar en horas.
Quisiéramos los descampados, habitados por el peso de los ladrillos,
de los nudillos,
de los grillos, que se han ido a vivir lejos, donde la miseria no rompe la ilusión.
Los mares que habitan sus ojos, quisiéramos secar. Y llenar de alegría los nidos de su corazón, que nada guardan, nada son, nada valen.
Arrullar los suspiros después de cada bocado, calentar con abrazos los cuerpos mojados, secar con la leña las manos y vestirles de nuevo,
con besos,
con hilos de algodón tejidos durante las noches de insomnio,
de silencio sin luna.
Apagar el desencanto de las bocas cosidas, anegadas de las brasas húmedas que huelen a rancio. Descoser cada recuerdo, anudado de deseos para vivir el anhelo de la infancia, de balones de fútbol que se enredan en las zarzas. De insultos antiguos olvidados en alguna trinchera, en los escombros de cualquier edificio, en alguna zanja.
Reblogueó esto en Eley Grey.
Me gustaMe gusta
Hay quienes tienen talento y lo saben expresar muy bien, definitivamente me encanta. Quisiera poder lograrlo algún día.
Admiro tu talento con la escritura
Un abrazo peruano.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Muchísimas gracias por tus palabras, Janet. Un abrazo para allá.
Me gustaMe gusta