Si tanto nos empeñamos en defender la diversidad, en apoyar la diferencia (a todos los niveles, no sólo el afectivo-sexual), ¿por qué seguimos teniendo prejuicios y buscando normalizar lo «innormalizable»?
Buscamos los cánones de belleza lésbicos, los iconos gay o criticamos a quienes no siguen los estereotipos «trans». Tratamos de encasillar qué tipo de lesbiana somos, dentro de qué grupo gay encajamos.
Lo mismo sucede con lXs bisexuales o las personas transexuales. Qué decir de quienes ni siquiera encuentran reflejo de su propia realidad en estas letras (LGTBQ). MuchXs dicen que la «Q» nos engloba a todos, pero ese es otro tema.
Cuando etiquetamos ayudamos a nombrar y a visibilizar, pero nos olvidamos de que la diversidad es como las personas, única e individual. No se puede encorsetar. Es distinta de lo colectivo, es especial en sí misma e inimitable.
La diversidad es diversa.
Puede que haya quien no comparta este pensamiento conmigo, puede que sea pronto para aceptar este tipo de razonamiento, cuando todavía hay quien no entiende que la libertad de expresión bajo el respeto y en nombre del amor no puede ser vulnerada ni castigada (y mucho menos sacrificada). Puede que haya quien me odie por lo que digo, pero es algo en lo que no dejo de pensar últimamente y quería compartirlo.
Si nosotrXs, como colectivo, no ejercemos la crítica constructiva, otrXs emitirán su juicio al respecto, sin importar si construyen o destruyen.
Creo firmemente en la reflexión y la comunicación, en el diálogo como constructor de pensamiento y motor del cambio y la evolución. No tengamos miedo a hacerlo, hablemos.
Gracias por leer, por aprender, por opinar conmigo, por acompañarme en este camino.
…gracias a ti por compartir !!
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